Escucha el podcast AQUI
¿Quieres tener una conversación con alguien en otro idioma, pero te bloqueas, te invaden los nervios, te asustas, tiemblas, te ríes o por arte de magia parece que olvidaste todo lo que habías estudiado por años?
Estos signos se asocian a lo que se denomina “ansiedad hacia el idioma extranjero”, y no se relaciona solo con lo conversación, sino que también pueden darse con las demás habilidades como la escritura o lectura.
Si te ha pasado, no te asustes, es normal y creo a la mayoría de quienes hemos aprendido uno o más idiomas extranjeros nos ha sucedido en algún momento. Lo importante acá es tratar de evitar que nos pase, y si pasa, pues enfrentarlo de la mejor manera posible. Y por eso en este episodio veremos algunas herramientas que nos pueden ayudar a hacerle frente a esta situación.
Lo primero es estar preparados. Y con esto me refiero a varias cosas. Primero, si sabemos que nos vamos de viaje o que tenemos una presentación en la escuela de idiomas, entonces enfocarnos y, sobre todo, prepararnos mentalmente para el momento que sabemos que va a llegar. Acá es importante mantener la motivación y ser conscientes de que somos aprendices y de que es muy probable que nos equivoquemos, pero es normal, nada catastrófico va a pasar por equivocarnos en algunas palabras o por conjugar mal un verbo. Así que, en resumen, aceptemos el error porque es parte de todo aprendizaje. Ya que sabemos que inevitablemente vamos a fallar en algo, pues es bueno que sepamos cómo afrontarlo. En este sentido, si te das cuenta que dijiste algo mal, entonces es mejor disculparse, respirar tranquilamente y tomar unos segundos para pensar la forma correcta de decirlo, y ahora sí, decirlo correctamente, en vez de empezar a tartamudear o entrar en un estado obvio de nerviosismo. Si por otra parte, se te olvidó cómo se dice una palabra, entonces puedes ir por la opción de describirla para que te ayuden con eso que quieres decir, o decirlo de otra forma, por ejemplo, haciendo uso de un sinónimo.
Además de estar preparados emocionalmente, también debemos estudiar y practicar, por supuesto. Por ejemplo, si lo que tienes es una presentación, entonces es fundamental practicar esa presentación en casa y ojalá frente al espejo u otras personas, o incluso grabarte con el celular o cámara, así como pensar en posibles preguntas que te pueden hacer los espectadores, para así tener algunas respuestas listas. Si es una entrevista de trabajo, funciona igual. Ten preparadas tus respuestas a preguntas sobre tus fortalezas, debilidades, hobbies, busca preguntas en internet sobre entrevistas laborales y prepara lo que vas a responder.
Para practicar, si te hace sentir más cómoda o cómodo hablar con un familiar o amigo, entonces hazlo, ya que estás en un ambiente de confianza. Pero si sientes más bien presión al estar con ellos, entonces practica con alguien que no conozcas, como un compañero de estudio, por ejemplo, o el amigo de un amigo que habla ese idioma o lo está aprendiendo. Incluso puedes hacer uso del envío de audios si sientes vergüenza o pena al hacer videollamadas o tener conversaciones en persona.
Algo que también es primordial, es eliminar los pensamientos negativos, tales como: soy el peor de mi clase, me cuesta demasiado, no puedo, soy muy vieja para aprender idiomas y etc. Entre más pensamientos negativos y trabas nos pongamos, pues obviamente más nos va a costar y vamos a seguir sintiendo la ansiedad y el miedo. Recuerden que nuestro cuerpo responde a nuestros pensamientos, así que cuiden muy bien lo que están pensando. Cambien sus pensamientos a unos que sean positivos, tales como: muy pronto lo voy a lograr, si sigo así ya casi me voy de viaje, he aprendido mucho este mes, cada vez aprendo más rápido y etc.
Finalmente, si la ansiedad o el miedo que sienten es demasiado, entonces acá sería bueno que escribamos con detalle qué es lo sentimos, qué experimenta tu cuerpo o qué pensamientos pasan por nuestra mente cuando entramos en contacto con ese idioma que queremos aprender. Tratar de pensar por qué sentimos o pensamos esas cosas, y si esos pensamientos y sentimientos tienen algún fundamento o están relacionados a alguna mala experiencia. Luego, debemos comenzar a practicar, grabarnos, a hacer ejercicios de respiración e ir anotando también qué actividades nos han ayudado a disminuir la ansiedad. Como otro punto importante, si vamos a clases, hablar el tema con el profesor o la profesora, ya que ellos pueden darnos apoyo y también guiarnos con diferentes actividades y ejercicios.
Llegamos al fin del episodio, muchas gracias por haberme acompañado una vez más. Chao chao!
Comentarios
Publicar un comentario